Según indica, el virus COVID-19 es una quimera. Este incluye al SARS, un coronavirus diseñado como arma biológica, junto con material genético del VIH y posiblemente virus de la gripe. Además, ha desarrollado propiedades que le permiten propagarse a una distancia mayor de lo normalAún se desconoce el período de incubación de la infección causada por el COVID-19, pero se estima que podría variar entre los 14 y 30 díasEl gobierno de los Estados Unidos invirtió 100 000 millones de dólares en programas de armas biológicas, entre el 11 de septiembre de 2011 hasta octubre de 2015Aunque, hasta ahora solo ha habido un número limitado de reportes de casos de infección causada por COVID-19 en los Estados Unidos, el ejército de este país ha designado diversas zonas de detención alrededor del país, para poner en cuarentena a los habitantes infectados, en caso de que se agrave la situación
Quizás haya escuchado que, un nuevo coronavirus (inicialmente etiquetado como 2019-nCOV antes de ser renombrado como COVID-19 por la Organización Mundial de la Salud) proveniente de la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei en China, se ha extendido con rapidez por todo el mundo.
El primer caso se informó el 21 de diciembre de 2019, en Wuhan. Los síntomas incluyen fiebre, dificultad para respirar, tos severa, neumonía, que en casos más graves pueden resultar en un deterioro de la función renal, así como insuficiencia hepática y renal.
El 21 de enero de 2020, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, confirmaron el primer caso de un paciente en el estado de Washington, quien había visitado Wuhan en fechas recientes.
Desde entonces, también se han informado casos en otros 40 países, incluyendo a Canadá, Australia, Japón, Tailandia, Corea del Sur, Francia, Taiwán, Vietnam, Singapur, África y Arabia Saudita.
Al primero de marzo de 2020, se han reportado 88 339 casos de infecciones del nuevo coronavirus en 58 países, 79 828 de estos casos se han reportado en China. Puede consultar el sitio web Worldmeter que ofrece de forma sencilla las estadísticas más actuales sobre el número de casos y fallecimientos confirmados de este virus.
El coronavirus COVID-19 pudo haber sido diseñado como arma biológica
Francis Boyle, quien cuenta con una licenciatura de la universidad de Chicago, un título en leyes (abogado) de Harvard y un Ph. D. en ciencias políticas, comparte su teoría sobre el origen de este nuevo coronavirus. Durante décadas, se ha opuesto al desarrollo y uso de armas biológicas, y ahora sospecha que el COVID-19 podría estar relacionado.
De hecho, Boyle fue quien solicitó la creación de regulaciones sobre la guerra biológica en la Convención sobre Armas Biológicas de 1972; así mismo, redactó la Ley Antiterrorista de Armas Biológicas de 1989, que fue aprobada por unanimidad por ambas cámaras del Congreso y promulgada por George Bush.
En el momento de esta grabación, el 14 de febrero de 2020, en China ya estaban infectadas más de 50 000 personas con lo que parece ser un virus diseñado. Lo cierto es que, este problema no se originó en un caldo de murciélago infectado.
Como resultado de la labor contra la guerra biológica de Boyle, que se remonta a los primeros días de la administración Reagan, una época en la que utilizaban ingeniería genética del ADN para fabricar armas biológicas, Boyle ha monitoreado de forma cuidadosa “los brotes misteriosos de enfermedades tanto en humanos como animales de todo el mundo” que han aparecido desde entonces.
“Mi ley antiterrorista de armas biológicas no solo fue diseñada específicamente para lidiar con armas biológicas regulares sino también con ingeniería genética del ADN para armas biológicas que empezaban a aparecer, cuando se realizó la BWC.
A pesar de que la BWC cubriría el tema de la ingeniería genética del ADN, quería dejar claro que lo hacía. Asimismo, deje claro que incluía a la biología sintética”, indicó Boyle.
“Entonces, cuando aparecen estas enfermedades misteriosas e inexplicables, las monitoreo por cierto tiempo, y casi siempre llego a la conclusión de que pueden explicarse por razones normales, como la falta de saneamiento, pobreza y cuestiones naturales. Pero, me pareció muy sospechoso el caso de Wuhan.
Ahí, se localiza una instalación con nivel 4 de bioseguridad. Es la primera en China, y se creó específicamente para tratar el SARS y coronavirus. Básicamente, el SARS es una versión de coronavirus diseñado como arma biológica.
Antes, ya se habían producido filtraciones de SARS de esta instalación, y según mi experiencia, la única razón de la existencia de estas instalaciones NBS-4, es la investigación, desarrollo, análisis y almacenamiento de armas biológicas ofensivas.Por tal razón, expresé mi punto de vista, de que este coronavirus de Wuhan se había filtrado de esa instalación NBS-4… tal vez a mediados de noviembre y que, desde entonces, el gobierno chino había mentido y ocultado información relacionada”. Existen muchas incógnitas sobre el coronavirus
El primer reporte de un caso de infección causada por COVID-19 fue el 1 de diciembre de 2019. En función del período de incubación, que aún se desconoce, la pista inicial, si hay alguna, es que podría haber ocurrido en algún momento de noviembre pasado.
La estimación oficial es un período de incubación de 14 días, pero un experto en salud británico considera que podrían ser 24 días, y los expertos en guerra biológica de Corea del Norte consideran que podrían ser 30 días, indica Boyle.
“En cuanto a Wuhan, y la provincia de Hubei, básicamente están bajo ley marcial. No hay otra palabra para definirlo. Si lee las declaraciones del presidente Xi y sus asistentes, han dejado muy claro la caótica situación en que se encuentran, lo cual me parece acertado. Están en una situación de guerra debido a su propio agente de guerra biológica.
El presidente Xi acaba de despedir a los funcionarios a cargo del tema, y ha traído personal militar de confianza para manejarlo, así como a un gran número de fuerzas del Ejército Popular de Liberación [PLA], que según indican, son trabajadores de servicios de salud. Pero, en mi opinión personal, no lo parecen. Por el momento, este es mi mejor análisis al respecto”.
Cuando se les cuestionó sobre los rumores de que el virus COVID-19 podría haber sido robado de un laboratorio de alta seguridad en Winnipeg, Canadá, Boyle indicó:
“Eso también podría ser una posibilidad. Pero, quiero dejar claro que, en las instalaciones NBS-4 de Wuhan ya trabajan en esto. Diseñaban un arma biológica que incluía el SARS, que, de inicio, es un coronavirus.
Sabemos que el Dr. Yoshihiro Kawaoka de la Universidad de Wisconsin… resucitó el virus de la gripe española para el Pentágono, y es obvio que fue con el propósito de utilizarlo en armas biológicas, y que se especializa en acoplar el virus de la gripe española con todo tipo de instrumentos terribles con fines de guerra biológica. Y existe un registro de que envia sus productos a Winnipeg.
Winnipeg es el equivalente del Fort Detrick de los Estados Unidos, pero en Canadá. Es una instalación NBS-4, donde investigan, desarrollan pruebas, fabrican y almacenan todo tipo de terribles armas biológicas conocidas.
Entonces, es posible que parte de esta tecnología haya sido robada de Winnipeg. Desconozco la situación, pero como ya comenté, en la instalación NBS-4 de Wuhan ya trabajaban en esto. Y ya habían desarrollado el SARS. Antes de que ocurriera esta situación, el SARS ya se había filtrado dos o tres veces, y parece que estaban acelerando la potencia del mismo, que es lo que parece manifestar el COVID-19. Esta es una nueva generación de armas biológicas que no habíamos observado antes.
Y según indicó el Lancet, su letalidad ha aumentado del 15 % al 17 %, y de ahí, al 18 %, con base en las estimaciones de un funcionario de salud británico e incluso de las estadísticas chinas. Por lo tanto, tiene una infectividad del 83 %. Eso significa que puede infectar a alrededor de tres o cuatro personas por cada persona infectada.
Ha mejorado su capacidad, así que puede transportarse por el aire al menos 6 o 7 pies, y … hay informes de que incluso podría propagarse por medio de heces humanas contaminadas, y que talvez puedan transmitirlo a 6 o 7 pies de distancia. Entonces, nunca antes habíamos enfrentado algó así en la historia de la guerra biológica, al menos, eso es lo que indican los registros públicos.
Y quiero aclarar que nunca he trabajado para el gobierno de los Estados Unidos. Nunca he tenido una autorización de seguridad, ni acceso a ningún tipo de información secreta.
Pero, he leído lo que está en el registro público y científico, y he sacado mis propias conclusiones, que son las que expongo aquí. Pero, podría cambiar de opinión si pudiera obtener evidencia científica acreditada de lo contrario.
En este momento, me apego a mis conclusiones de que el virus pudo haberse filtrado de las instalaciones NBS-4 de Wuhan, que tienen el nivel más alto de seguridad conocido por el gobierno chino, que lo ha encubierto desde el primer momento, hasta que lo informó a finales de diciembre pasado a la OMS”.
Muchos experimentos de guerra biológica están en curso a pesar de las leyes existentes Como señaló Boyle, las instalaciones en Wuhan consisten en un laboratorio de investigación designado por la OMS, lo que puede parecer extraño, si consideramos que este se especializa en desarrollar e investigar patógenos peligrosos que pueden convertirse en armas biológicas con gran facilidad.
No obstante, según Boyle, no debería sorprendernos, ya que “durante mucho tiempo, la OMS ha estado involucrada en este tipo de investigaciones”. Al parecer, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y la industria farmacéutica de los Estados Unidos, también han intervenido en muchos de los brotes que parecen estar relacionados con virus diseñados como arma biológica.
“No es necesario que repasemos la larga historia de importantes farmacéuticas involucradas en el tema. Ya que hay grandes beneficios económicos de por medio.
Considero que la pandemia del ébola en África occidental se originó en las instalaciones de NBS-4 de los Estados Unidos, localizada en Sierra Leona, y es posible que estuvieran haciendo pruebas sobre una vacuna que contenía virus de ébola vivo, y se la hayan suministrado a esas pobres personas”, indicó Boyle.
“En cuanto a los CDC, han estado involucrados en todos los estudios científicos mortíferos sobre armas biológicas NBS-4 que pueda imaginar… Según los registros públicos, durante la administración de Reagan, los CDC y American Type Culture Collection realizaron 40 envíos de agentes de guerra biológica de alto nivel a Saddam Hussein en Irak, con la esperanza de que los convirtiera en arma y utilizara contra Irán …
El problema es que cuando la guerra terminó … las fuerzas militares de los Estados Unidos recibieron la orden de hacer explotar las instalaciones de armas biológicas de Saddam Hussein, pero esa no es la forma de lidiar con este tipo de armas …
Y estas contaminaron el ejército de los Estados Unidos, que fue el agente causal detrás del Síndrome de la Guerra del Golfo que … acabo con la vida de alrededor de 11 000 soldados e incapacitó a aproximadamente 100 000 soldados de los Estados Unidos”.
Según señala Boyle, el gobierno de los Estados Unidos ha invertido la impresionante cantidad de 100 000 millones de dólares, desde el 11 de septiembre de 2011 hasta octubre de 2015, en programas de armas biológicas. Desde otro punto de vista, los Estados Unidos ha gastado 40 000 millones de dólares (suponiendo que el valor del dólar sea constante) en el Proyecto Manhattan, que desarrolló la bomba atómica.
Asimismo, Boyle estima que los Estados Unidos cuentan con alrededor de 13 000 científicos de ciencias de la vida, quienes trabajan en la industria de armas biológicas.
“Es evidente que la administración Reagan, bajo la influencia de neoconservadores que creían totalmente en el uso de armas biológicas, así como armas biológicas diseñadas para grupos raciales (véa el informe PNAC), se dedicó a la aplicación de ingeniería genética del ADN con el propósito de crear armas biológicas.
Por tal razón, en 1985 realicé una sesión informativa en el Congreso, en Washington, D.C. El Consejo para la Genética Responsable me solicitó que lo hiciera, con la participación de los principales científicos de ciencias de la vida de MIT y Harvard, a nivel mundial.
Me preparé durante siete años en Harvard. Tengo tres grados y conocía a todas estas personas. Solicitaron mis servicios como abogado, y que hiciera esta sesión informativa en el Congreso. Hice sonar las alarmas, y luego me solicitaron que redactara normas de implementación, lo cual hice…
Sin embargo, quiero aclarar que no soy su representante, solo hablo en mi nombre, y si lee mi libro, ‘Biological Warfare and Terrorism’, encontrará que el prólogo fue escrito por el profesor Jonathan King. Mis argumentos son sustentados por el profesor de biología molecular más destacado del MIT, en caso de que no crea que conozco suficiente información sobre el tema”.
Los Estados Unidos se prepara para enfrentar la pandemia del COVID-19
Aunque, hasta el momento solo ha habido un número limitado de casos reportados de infección causada por COVID-19 en los Estados Unidos, el ejército ha designado diversas zonas de detención por todo el país, para poner en cuarentena a los habitantes, en caso de que se agrave la situación.
Pero, con base en la historia, los funcionarios de salud del gobierno han exagerado ampliamente sobre la amenaza de pandemias en los Estados Unidos, incluyendo a la gripe aviar, gripe porcina, ántrax y ébola.
Por ejemplo, como expongo en mi libro de la lista de bestseller del New York Times de 2009 titulado The Great Bird Flu Hoax, el entonces presidente George Bush Jr. estimó que morirían 2 millones de habitantes de los Estados Unidos por gripe aviar; y en el mejor de los casos solo morirían 200 000 personas. De hecho, esta pandemia tuvo un recuento final de cero muertes en los Estados Unidos.
Sin embargo, generó ganancias económicas masivas en el país, ya que los contribuyentes compraron 20 millones de dosis de Tamiflu. Una de las personas que obtuvo grandes beneficios monetarios por este engaño fue el secretario de defensa, Donald Rumsfeld, quien era presidente de Gilead Sciences, cuando se creó el medicamento.
“[La gripe aviar] fue otra arma biológica, que involucró ingeniería genética del ADN”, señala Boyle. “Este virus era una quimera. Constaba de tres elementos diferentes y tuvimos la suerte de que, de alguna manera, estos pudieran atenuar su letalidad y capacidad de infectividad”.
Aún no se sabe si el COVID-19 tendrá la misma eficacia en su propagación y letalidad. Con base en las estadísticas de China, “la situación luce desesperanzadora”, indica Boyle.
Datos sobre el virus COVID-19
Según señala Boyle, al igual que su predecesor, el virus de la gripe aviar, el virus COVID-19 es una quimera. Incluye al SARS, un coronavirus que fue diseñado como arma biológica, junto con material genético del VIH. “Un artículo publicado por científicos indios lo indica. Aquí, hubiera tenido acceso a las imágenes, de no ser porque hubo presión política para eliminar el artículo [del periódico]”.
Es por eso que, ahora algunos científicos examinan el uso de medicamentos contra el VIH para tratarlo, indica Boyle. El COVID-19 también podría estar combinado con un virus de la gripe, junto con una mejor capacidad para propagarse a una distancia mayor de lo normal.
Las pandemias se utilizan reiteradamente para promover un estado de control
También, se han utilizado para restringir la libertad de la población. Por ejemplo, el miedo causado por el ántrax de 2001 se utilizó para impulsar la firma de la Ley Patriótica, que fue el primer paso para eliminar muchas de las libertades individuales e instaurar un estado de vigilancia total. Me parece que tales resultados son mucho más preocupantes que el riesgo de contraer la infección. Boyle añade que:
“Si bien, es correcto que recurrieron al Amerithrax para introducir la Ley Patriótica a la fuerza… los Estados Unidos ha instaurado un estado de control… Y como señalé en ‘Biowarfare and Terrorism’, me parece que las mismas personas involucradas en el ataque terrorista del 11 de septiembre también podrían estar detrás del Amerithrax, pero solo estoy suponiendo…
Lo que se denomina como Amerithrax surgió de un laboratorio y programa de armas biológicas del gobierno de los Estados Unidos, y lo expuse públicamente el primer fin de semana de noviembre de 2001.
El Consejo para la Genética Responsable celebraba su convención en la facultad de negocios de Harvard, y yo presidía un panel con King y otros expertos en guerra biológica, sobre programas de armas biológicas de los Estados Unidos.
Y cuando entraba a la Facultad de Teología de Harvard, Fox TV tenía un equipo de cámaras allí y comenté, ‘es evidente que esto salió de un programa de armas biológicas de los Estados Unidos y probablemente de Fort Detrick”.
Cuando moderaba la sesión, hice el mismo comentario. Luego, hice un comentario en una estación radiofónica de Washington, D.C. relacionada con el tema, también para la BBC, por lo que, de seguro, todos me escucharon.
En ese momento, alguien dio la orden de que nunca más volvería a ser entrevistado sobre ninguna noticia acerca de los programas de armas biológicas. Y eso ha ocurrido desde la primera semana de noviembre de 2001″.
Como señaló Boyle, el libro 1984 de George Orwell se ha vuelto realidad. Boyle ha dado conferencias a abogados en la Facultad de Derecho DePaul, en Chicago, sobre la naturaleza tiránica de la Ley Patriótica.
“Snowden ha acertado al señalar que el gobierno federal espía todo lo que decimos, nuestras comunicaciones electrónicas, absolutamente todo”, indica Boyle.
“Y de nuevo, la prueba es que me han excluido de los medios de comunicación de los Estados Unidos por completo. De hecho, si regresamos un poco y analizamos los ataques de Amerithrax, también afectan a los principales medios de comunicación de los Estados Unidos, lo que deja claro que si hablaban sobre este problema también los destruiría”.
Las armas biológicas se desarrollan con un objetivo
Como señaló Boyle, el gobierno de los Estados Unidos tiene una gran reserva de Amerithrax, un ántrax creado con nanotecnología con el grado de superarma y 1 billón de esporas por gramo, y eso solo es la punta del iceberg de las armas biológicas existentes. Lo que, es más, Boyle tiene la certeza que, estas armas se utilizarán eventualmente, como ya ha sucedido antes. Y explicó lo siguiente:
“El otoño pasado, realizaron un simulacro en la Universidad John Hopkins sobre el coronavirus. Este tipo de ejercicios, son un eufemismo para un juego de guerra. Las estimaciones indicaron que acabaría con la vida de 65 millones de personas…
John Hopkins está muy involucrado con este trabajo sucio de guerra biológica estilo nazi. Cuentan con una instalación NBS-3… que anuncian con orgullo en su sitio web… y que justifican al decir que desarrollan vacunas. Y eso está bien… pero ¿cómo lo hacen?
Recorren el mundo, lo cual está en los registros públicos, y buscan cualquier tipo de enfermedad, hongo, virus o bacteria terrible que pueda imaginar. Luego, lo llevan a laboratorios NBS-4 y desarrollan algún agente biológico ofensivo por medio de ingeniería genética del ADN y biología sintética… establecido por el Pentágono bajo el auspicio de DARPA…
Una vez que tienen este agente ofensivo, proceden a desarrollar una vacuna, porque el agente no es útil a menos que puedan crear una vacuna para proteger a su propia población.
Entonces, desarrollan vacunas para tener armas biológicas, por lo que constan de dos elementos: en primer lugar, el agente de guerra biológica ofensivo, y en segundo lugar, con una vacuna para proteger a su propia población, y eso es lo que hacen en todas estas instalaciones NBS-4, y también, en muchas de las NBS-3.
John Hopkins tiene una instalación NBS-3 y admiten su doble propósito. Así que, en eso consiste su doble propósito. Primero, desarrollan el agente de guerra biológica ofensivo y, luego, crean la supuesta vacuna”.
De hecho, la Universidad Johns Hopkins es el mayor receptor de becas de investigación de agencias federales, incluyendo a los Institutos Nacionales de Salud, el Departamento de Defensa y la Fundación Nacional de Ciencias. Asimismo, ha recibido millones de dólares en becas de investigación de la Fundación Gates.
En 2016, Johns Hopkins invirtió más de 2000 millones de dólares en proyectos de investigación, convirtiéndose en el líder de todas las universidades de los Estados Unidos en inversión sobre investigación por 38 °. año consecutivo.
Mejores medidas de prevención o tratamiento para la infección causada por el COVID-19 Aunque no es claro cuál es el tratamiento exacto más efectivo, supongo que sería bueno iniciar por el protocolo de vitamina C por vía intravenosa para la sepsis del Dr. Paul Marik, ya que al parecer la sepsis es lo que mata a las personas que adquieren una infección grave por COVID-19.
El estudio clínico retrospectivo previo y posterior de Marik demostró que al suministrarle a los pacientes vitamina C por vía intravenosa con hidrocortisona y vitamina B1 durante dos días disminuía de un 40 % a un 8.5 % la tasa de mortalidad.
El protocolo exacto que utilizaron fueron 200 mg de tiamina cada 12 horas, 1 500 mg de ácido ascórbico cada 6 horas, y 50 mg de hidrocortisona cada 6 horas. Es vital señalar que el tratamiento no tiene efectos secundarios y es de bajo costo, además puede conseguirse y administrarse con facilidad.
Según Marik, la vitamina C y los corticosteroides podrían tener un efecto sinérgico, que es una de las razones por las qué este protocolo combinado ha demostrado tener tanta efectividad. Aun así, el uso exclusivo de altas dosis de vitamina C por vía intravenosa podría mejorar la supervivencia en pacientes con sepsis e insuficiencia respiratoria aguda, así como disminuir de un 46 % a un 30 % la tasa de mortalidad.
De igual manera, ha disminuido el número de días de hospitalización. En promedio, los que recibieron vitamina C antes del día 28 pasaron 3 días menos en la unidad de cuidados intensivos, en comparación con el grupo placebo (7 versus 10 días). Para el día 60, el grupo del tratamiento había permanecido 7 días menos en el hospital; es decir, 15 versus 22 días.
Si bien, no hay ensayos que analicen la inclusión de la terapia de oxígeno hiperbárico (HBOT), sospecho que esto podría crear una sinergia poderosa para reducir casi al mínimo la tasa de mortalidad por sepsis. Por desgracia, HBOT no está disponible en muchos hospitales, y aún si fuera el caso, no está aprobado en el tratamiento contra la sepsis.
Podrá obtener más información sobre el protocolo de sepsis de Marik en el artículo “La sepsis podría ser responsable del 20 % de la mortalidad a nivel mundial“, junto con sugerencias de sentido común sobre cómo disminuir el riesgo de sepsis.
Asimismo, podrá ver la presentación de PowerPoint de Marik “Hydrocortisone, Ascorbic Acid and Thiamine for Severe Sepsis and Septic Shock” (disponible solo en inglés), presentada en la conferencia Critical Care Reviews del 2020, en Australia. Para obtener recomendaciones de la OMS sobre los cuidados que deben realizarse en casa contra el COVID-19, consulte mi artículo “La reciente amenaza pandémica por el nuevo coronavirus“.
Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 08 de marzo del 2020.
Fuente: consumidoresorganicos.org