Los pasaportes de inmunidad para certificar que una persona ha pasado la Covid no garantizan una protección eficaz contra el coronavirus y además favorecen nuevas formas de discriminación, advierte el comité científico creado para asesorar al Gobierno sobre la epidemia. Por ello, concluye el grupo de expertos, el uso de este tipo de documento no debería estar permitido en España.
Los certificados de inmunidad se basan en la idea de que, si una persona tiene anticuerpos contra el virus de la Covid, no volverá a contraer la infección y no la puede transmitir a otras personas. Quien pueda demostrar que tiene estos anticuerpos, por lo tanto, podría trabajar, viajar o realizar actividades de ocio sin temor a causar rebrotes, incluso sin cumplir las normas de prevención de la enfermedad.
Sin embargo, la comunidad científica y organismos sanitarios internacionales rechazan por ahora los pasaportes inmunitarios tanto por razones técnicas como éticas.
La primera objeción técnica es la falta de fiabilidad de los actuales tests de anticuerpos contra el coronavirus. Los de uso más común, que se basan extraer una pequeña muestra de sangre de un dedo, tienen un porcentaje elevado de falsos negativos (en que el test no detecta anticuerpos cuando sí los hay) y de falsos positivos (en que el test indica que hay anticuerpos cuando en realidad no los hay).
“Creyendo erróneamente que no pueden contraer o transmitir el virus, los falsos positivos pueden tener un comportamiento descuidado, o incluso temerario, que facilite nuevos contagios”, indica el Grupo de Trabajo Multidisciplinar (GTM) que asesora al Gobierno en su informe sobre pasaportes inmunitarios.
La posición de España
“Pensamos que no es necesario” pedir certificados de salud a los turistas, declara el ministro de Sanidad, Salvador Illa
Incluso en los casos en que el resultado del test es correcto, se desconoce aún qué nivel de protección frente al coronavirus ofrecen los anticuerpos detectados y cuánto durará esta inmunidad. Los tests suelen detectar dos tipos de anticuerpos, los IgM y los IgG. Pero en la respuesta inmunitaria contra el coronavirus entran en acción también otro tipo de anticuerpos llamados neutralizantes, así como células inmunitarias llamadas linfocitos. No se sabe todavía si la detección de los anticuerpos IgM e IgG es indicativa de una respuesta inmunitaria eficaz.
“En este punto de la pandemia, no hay suficiente evidencia científica sobre la eficacia de la inmunidad mediada por anticuerpos para garantizar la fiabilidad de un pasaporte de inmunidad. (…) El uso de estos certificados puede aumentar el riesgo de transmisión [del virus]”, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su último informe sobre la cuestión, publicado el 24 de abril.
Sobre la propuesta concreta de expedir o requerir salvoconductos de inmunidad para turistas, el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades sostiene en un informe del 20 de mayo que “hacer tests a pasajeros para permitir viajar con pasaportes de inmunidad no está sustentado por la evidencia científica actual”.
Pero lo que más preocupa al GTM, que reporta a los ministros Pedro Duque y Teresa Ribera, son las implicaciones éticas de los certificados de inmunidad.
Tests poco fiables
Un falso positivo en un test de anticuerpos puede llevar a una persona a creer que está inmunizada cuando no lo está
Permitir el uso de estos documentos “alentaría nuevas formas de estratificación social, estigmatización y discriminación”, advierten los expertos del GTM en su informe. “Sería incompatible con la protección de los derechos y libertades fundamentales”.
Abrir la puerta a exigir un certificado de inmunidad para contratar a un trabajador podría “incentivar a que personas sanas se contagien intencionadamente”, argumenta el GTM. “Este contagio intencionado es más probable en aquellas personas en una situación económica más vulnerable”.
Además, la medida podría crear un precedente y “los pasaportes inmunológicos de hoy podrían convertirse en los pasaportes biológicos de mañana; se introduciría un nuevo riesgo de discriminación si los empleadores (...) pudieran acceder a información de carácter personal con fines distintos a la protección de la persona y del interés colectivo”.
Objeciones éticas
Autorizar los certificados de inmunidad puede abrir la vía a nuevas formas de discriminación
También es por motivos éticos, más que técnicos, que especialistas de la Universidad Georgetown en Washington (EE.UU.), la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.) y la Universidad Dalhousie en Halifax (Canadá) se han posicionado en contra de los certificados de inmunidad en artículos publicados en las últimas semanas en las revistas The Lancet y Nature .
En España, “pensamos que esto no es necesario”, declaró ayer el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en una entrevista en el programa Al Rojo Vivo , de LaSexta, cuando se le preguntó por la posibilidad de solicitar pasaportes de inmunidad a turistas extranjeros. “Se ha discutido, se ha valorado, pero los expertos de salud pública del Gobierno y de las comunidades no lo vemos”.
El GTM se creó el 22 de abril para asesorar y apoyar al Gobierno en materias científicas relacionadas con la Covid. Está formado principalmente por investigadores de biomedicina y de economía, pero incluye también a representantes de otras áreas, que se reúnen cada martes por teleconferencia y mantienen contacto diario para la elaboración de los informes. En este caso, la iniciativa de pronunciarse sobre los certificados inmunitarios ha estado liderada por Itziar de Lecuona, de la Cátedra Unesco de Bioética de la Universitat de Barcelona, y por Ramon López de Mántaras, del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC.
Fuente: BigVan