Aladdin es una plataforma de inversiones. En los últimos años se ha convertido en una deidad que maneja a su antojo los mercados financieros. Aunque tiene un nombre muy popular poca gente ha oído hablar de él y mucha menos sabe del gran poder que posee. Sin embargo, la realidad objetiva es que esta plataforma toma gran parte de las decisiones de inversión en todo el mundo. Ella decide a gran escala en que se invierten los grandes patrimonios.
Qué es y cómo funciona Aladdin
Aladdin es básicamente un software de inversión de gran complejidad. El corazón de este sistema se encuentra en el centro de datos de East Wenatchee, en Washington. Su nombre tiene origen en el acrónimo Asset, Liability, Debt and Derivative Investment Network , en español, Red de inversión en Activos, Pasivos y Derivados. Es propiedad de Blackrock, una empresa con sede en Nueva York que gestiona casi 7 billones de dólares de activos, lo que la coloca en la gestora más grande del mundo. Y Aladdin es su producto estrella.
Sin embargo, es mucho más que una gestora de activos. Este software combina como ningún otro el big data y la inteligencia artificial. Es una plataforma de inversiones que analiza el comportamiento histórico de todos los productos financieros que existen o que han existido en el mercado. Este análisis tiene en cuenta todos las posibles incidencias y las fluctuaciones financieras que pudieran preverse y las compara con situaciones similares del pasado. Estudia escándalos políticos, desastres climáticos o cualquier otro evento histórico y lo traslada al momento actual para calcular las posibilidades de éxito o fracaso de una inversión, es decir, su riesgo.
Blackrock mantiene en absoluto secreto el algoritmo que utiliza Aladdin para su funcionamiento. Sabemos que está basado en el método de Montecarlo. Por resumir de alguna manera, este método calcula el máximo número de escenarios de probabilidad y luego los analiza estadísticamente.
Un inmenso poder en manos de la inteligencia artificial
El poder que tiene este sistema es inmenso. Ni siquiera sabemos con exactitud el enorme volumen de activos que gestiona Aladdin. A Blackrock no le interesa dar a conocer los datos exactos. No obstante, hasta el año 2013 si que se publicaron. En este año la compañía informó que Aladdin gestionaba activos por encima de los 11 billones de dólares, es decir, más del 7% de los activos financieros mundiales. Esta cifra sería el equivalente a 10 veces el PIB español o a la suma conjunta de los PIBs de China e India en aquel año.
Hoy en día las cifras, aunque las desconocemos, son mucho mayores. Desde el año 2013 se han suscrito a esta plataforma las principales aseguradoras, fondos y gestoras de activos a nivel mundial. Por ejemplo, en 2019, Bankia y el Banco Santander llegaron a un acuerdo con Blackrock para incorporar esta plataforma a sus gestoras.
Aladdin y Blackrock toman el control de la gestión mundial de activos
Antes de la crisis financiera del 2008 las decisiones de los principales fondos de inversión tenían un componente humano importante. Warren Buffett, John Paulson, George Soros o Bill Gross eran algunos de los actores más poderosos en este sector. Estos tenían la capacidad de influir en los mercados y cambiar las tendencias de inversión en bolsa. Sin embargo, en la actualidad su influencia ya no es tanta. Hoy manda la inteligencia artificial.
Ahora, la mayoría de los activos mundiales están gestionados por los análisis de riesgos que determina Aladdin. Esta algoritmo, en si mismo, influye en las decisiones. Este sistema de inteligencia artificial puede cambiar tendencias de inversión, hacer caer mercados e incluso provocar crisis bursátiles. Se ha convertido en el dios algorítmico que maneja el dinero del mundo.
Crisis bursátil del coronavirus. Los riesgos de estar controlados por la inteligencia artificial
El poder de Aladdin ha quedado demostrado con la crisis del coronavirus (COVID-19). La mayoría de las bolsas mundiales han sufrido una fuerte caída en esta última semana. Los mercados españoles se han desplomado en más de un 20%. Aladdin realizó un diagnóstico de las tendencias e interpretó que la situación era de mucho riesgo, propiciando con su análisis órdenes de venta que no han tenido contrapartida de compra. En resumen, provocando una tendencia bajista histórica sin precedentes en la mayoría de los mercados bursátiles.
Aladdin ha decidido mucho antes que los políticos, economistas y expertos que la crisis sanitaria del coronavirus es también una crisis financiera. Y sin darnos cuenta, en menos de 7 días, el mundo ha acumulado dos crisis consecutivas, una sanitaria y otra económica.
En definitiva, este es el riesgo inherente que supone el dejarnos gobernar por la inteligencia artificial. No debemos aceptar que un sistema algorítmico tome decisiones estratégicas globales para las que no está programado. En este sentido, Aladdin de Blackrock es el sistema de inteligencia artificial con mayor influencia en el sector financiero mundial, y acumula un poder de influencia mayor que muchos estados. Uno de los principales retos que tenemos pendiente como sociedad es el establecimiento de mecanismos de control que regulen el poder de la tecnología que estamos creando. Esperemos que esta crisis nos ayude a ser más conscientes de ello.
Fuente: https://igorochoa.net