Como persona que he dedicado toda una vida al mundo de lo literario me espanta reconocer a sujetos que utilizan un libro o una librería como "arma política", estamos ante fanáticos, fundamentalistas, enfermos que amenazan con enfermar al resto, almidonados por el odio y la envidia, al servicio de su majestad George Soros y pregonando al resto aquello que se carece por completo: de alma, de principios y valores, de sentido y sensibilidad, de un mínimo de humanidad.
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