"Picanyol es como el patriarca de los historietistas", decía hace unos años la ilustradora infantil Pilarín Bayés en un programa de televisión. Reconocía así el prestigio y veteranía de este dibujante catalán, nacido en 1948, que empezó su carrera en los años 60 en la mítica agencia Toutain de cómics e ilustración.
"Yo tenía 16 años, y los dibujantes eran todos ateos, y si alguno era creyente se lo callaba. Ese ambiente desmontó la poca fe que yo tuviera entonces", explicó Josep Lluis Martínez Picañol ("Picanyol") a ReL. "Empecé publicando a través de Selecciones Ilustradas, en “El Infantil”, que luego sería “Tretzevents”. Me ayudó, por ejemplo, Gin (Jordi Ginés), muy famoso, que fue un fundador de El Jueves".
Picanyol no volvería a la fe católica con plenitud hasta 2003, cuando se confesó con 55 años. La historia de su conversión la contó a ReL aquí. A partir de entonces empezó a dibujar sobre temas bíblicos. Está muy satisfecho de su Biblia infantil en cómic de 2011, traducida a varios idiomas. También dibujó en 2012 cómics sobre San Francisco y Santa Clara y más tarde sobre San Ignacio y los Salmos.
2 páginas del cómic de Picanyol sobre San Ignacio de Loyola (puede leerse aquí)
Padre de 5 hijos ya crecidos, después de una vida dibujando para niños y jóvenes, y con su esposa Rosa María contándole sus desvelos como catequista infantil, el dibujante no para de pensar en formas de evangelizar a niños y jóvenes usando el dibujo, el arte, y más en general, la belleza.
"La belleza existe", afirma rotundo. "Es verdad que los artistas pueden tener diversas opciones personales y de estilo, pero me parece que en nuestra época el demonio quiere destruir la belleza. Hay un libro, de Eduardo Camino, titulado "A Dios por la belleza", que explica bien la importancia de la belleza para llegar a Dios. También el filósofo Roger Scruton trata bien este tema. Antes se llegaba también a Dios mediante la Verdad y el Bien, pero hoy, con el relativismo, la confusión y el egoísmo, el demonio ya tiene bastante bloqueadas esas vías. Le queda solo bloquear la vía de la Belleza, y lo intenta con el feísmo. Quiere que nos acostumbremos a rodearnos de cosas feas".
"Belleza", del filósofo inglés Roger Scruton; Picanyol comparte sus planteamientos
Pensando en estas cosas, a Picanyol se le ocurren varias ideas para potenciar los dones de artistas y dibujantes en la evangelización.
1 - Retiros y encuentros espirituales para artistas y dibujantes
"En Francia me consta que había un grupo de artistas católicos que se reunían para orar. Eso en España, que yo sepa, no existe", explica el dibujante. "Sería muy valioso, incluso si se tratara tan solo de un retiro anual de dos días para juntarse y compartir la fe". Es curioso que entre músicos cristianos ya se den encuentros para convivir unos días y rezar juntos (como el Laudato Si' de Adra, cada agosto) pero no haya nada parecido para dibujantes e ilustradores. La Iglesia debería fomentar y apoyar espiritualmente la fraternidad entre los artistas cristianos.
2 - Responder al feísmo: el caso de Halloween
"Vinieron unos niños en Halloween, aquí a mi casa de Moià, vestidos de monstruos a pedir caramelos. Me puse de mal humor y los eché con malas maneras, que no es lo correcto. Después pensé que había que responder de otra forma. Halloween es feísmo, y hay que responder con belleza. Roger Scruton escribe en un libro: “Los grandes artistas del pasado eran conscientes de que la vida humana está llena de caos y sufrimiento. Pero ellos tenían un remedio: el nombre de ese remedio era belleza”. Es una gran frase, y pensé que se podría escribir en unas estampas para repartir o en carteles para colgar en Halloween, cuando todos se disfrazan de muertos, de terror".
3 - Introducir la Biblia y los santos en el mundo de los cuentacuentos
"Los Ayuntamientos contratan cuentacuentos que van por los pueblos, por las escuelas ¡divulgando la ideología de género a los niños! Te cuentan sus Caperucitas de género, y cosas así... Los cristianos deberíamos tener cuentacuentos cristianos. Pero han de tener gracia, han de saber contar bien las historias bíblicas, la de José y sus hermanos en Egipto, por ejemplo. Deberían usar grandes ilustraciones que despierten la imaginación del niño. No vale cualquiera para esto. Los que quieran dedicarse a esta evangelización deberían superar un casting".
4 - Los santos, en cómic en revista: ¡escenas de acción y juegos!
"Faltan cómics cristianos y revistas para niños con cómics y juegos cristianos. Creo que hay espacio para revistas infantiles de papel, pero cuestan dinero. Deberían incluir muchos cómics, pero muy dinámicos. Si dibujamos un santo, no ha de estar sentado: eso es aburrido. Ha de verse al santo en escenas de acción: San Pablo, en un naufragio; Santa Blandina, con los leones... Creo que un ejemplo serían los cómics de santos que hizo Jijé [el historietista belga Joseph Gillain, 1914-1980], aunque actualizados, modernizados. Él, si dibujaba sobre Carlos de Foucauld, lo llenaba con soldados, armas, caballos. Pienso, además, que una revista infantil debería explicar temas de liturgia y doctrina a los niños, con muchos dibujos, juegos, laberintos y pasatiempos. E incluir una sección de películas y libros recomendados".
Cómic clásico de Jijé sobre Charles de Foucauld; se publicó por entregas en 1959 en la revista Spirou
5 - Arte hermoso de verdad en las aulas de catequesis
"Cuando vas a un aula de catequesis infantil, ves los dibujos que hacen los propios niños y algún póster parroquial feo. No es bastante. Eso no es hermoso. El niño ha de tener la oportunidad de ver auténticas obras de arte religioso en gran tamaño, obras clásicas, bellas, del Renacimiento, Barroco... Eso inspirará al niño en la belleza. El primer día de catequesis deberían llegar, encontrarse esos cuadros grandes… y el catequista no les diría nada, al principio. Esperaría sus preguntas, y las respondería cuando ellos preguntasen".
6 - En los libros de religión, dibujos realistas de Jesús y la Biblia
"Veo en los libros de catequesis y los libros de religión en la escuela dibujos muy malos, del tipo caricatura, o muy esquemáticos, para parecer modernos. Veo monigotes baratos, supuestamente graciosos. Eso está mal, porque a Jesús y a las cosas de Dios se le debe representar con respeto, respetando el Misterio. Si llenamos el libro infantil de caricaturas, el niño, al crecer, recuerda la religión como algo infantil, no realista. Por eso recomiendo un estilo realista de dibujo, como el de Jijé, aunque siempre actualizado".
Viñetas del cómic "Emmanuel" de Jijé de 1946... han pasado años, pero el dibujo de estilo realista es más adecuado que el esquemático o caricaturesco para los libros de religión y catequesis
Al final, insiste Picanyol, los atajos son malos: la difusión de la fe exige una inversión en arte, belleza y profesionalidad.
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