España ha disparado la compra de energía ‘sucia’ a Marruecos, sin poner trabas ni condiciones al suministro de la obtenida con la quema de combustibles fósiles, mientras impulsa el cierre de las centrales térmicas locales, que comenzará el año que viene.
"Podría haber explorado, por ejemplo, un sistema voluntario de certificados de origen con Marruecos para fomentar el comercio de electricidad renovable", le ha afeado el comisario europeo de Energía, Miguel Arias Cañete, a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, al haberle consultado esta, tras el revuelo generado en las zonas mineras españolas al conocerse el aumento de las compras a Marruecos, si el Gobierno español puede ahora imponer aranceles o adoptar otro tipo de medidas para evitar el trasiego de energía sucia.
Lo cierto es que el aumento de las compras de electricidad a Marruecos por parte de España tiene más que ver con los precios que con las premisas ambientales del Gobierno de Sánchez, que en este caso han quedado en un segundo plano.
Marruecos abrió a finales de año la central térmica de Sufi, una planta de carbón de 1.400 gigawatios de potencia
Marruecos abrió a finales de año la central térmica de Sufi, una planta de carbón de 1.400 gigawatios de potencia instalada situada en su costa suroeste y con capacidad para cubrir por sí sola el 25% de la demanda en ese país con unos costes de producción más bajos que los de Europa, ya que allí no se aplican los bonos de CO2 que gravan con más de veinte euros la quema de cada tonelada de carbón. Y, desde entonces, el saldo de intercambios entre España y su vecino del sur ha dado un vuelco en el que se han alternado los papeles de importador y exportador.
El balance comercial de los últimos cinco años, de 2014 a 2018, era claramente favorable a España, con unas ventas que superaban a las compras en un promedio anual de algo más de 5.000 gigawatios.hora, entre 3.889 y 5.836, según recoge el último Avance del Sistema Eléctrico Español, de Red Eléctrica.
Sin embargo en los meses de enero, febrero, marzo y abril, las compras a Marruecos suman 676 gigawatios.hora y las ventas 54. El país africano ha pasado de ser el principal comprador a convertirse en el origen de casi el 20% del saldoimportador.
Esa cantidad supone apenas un 1% de la demanda energética española (253.945 gigawatios / hora el año pasado), aunque tiene como consecuencia indirecta la intensificación de los efectos contaminantes de un sistema eléctrico que sigue cubriendo más de un tercio de sus necesidades con fuentes fósiles: 13,5% de carbón, 11,2% de cogeneración y 10,2% de ciclo combinado el año pasado.
España se olvidó de sus herramientas
El malestar generado por esta operación con Marruecos en las zonas afectadas por el anuncio de cierre de varias centrales térmicas y el fin de la minería local, que hará que Compostilla y Andorra (Endesa), Lada y Velilla (Iberdrola) y Meirama, Narcea y La Robla (Naturgy) dejen de quemar carbón el año que viene, obligó a reaccionar al Gobierno, que consultó a la Comisión Europea (CE) la posibilidad de aplicar algún tipo de traba arancelaria a la energía de origen no renovable que le coloca Marruecos. Algo que, por otra parte, va a seguir produciéndose ya que ambos países están negociando la construcción de una tercera conexión.
La Comisión ha señalado la posibilidad de utilizar el procedimiento legislativo ordinario para revisar la presión fiscal de ese tráfico
La respuesta del comisario Cañete, difundida por la Plataforma Unitaria contra la Autopista Eléctrica, pone en evidencia al Gobierno español, que dejó a un lado los condicionantes ambientales al cerrar el negocio con marruecos a pesar de que esa eventual exigencia de certificados se “incluye efectivamente” en la Hoja de Ruta del Comercio de Energía Sostenible (SET Roadmap) suscrita por ambos países, Francia e Italia. Y, entre líneas, le anima a estudiar su aplicación.
En la carta, que recuerda que tanto “la aplicación de un impuesto sobre el carbono en la frontera” comunitaria como “una posible revisión de la directiva sobre fiscalidad de la energía” requeriría “un acuerdo unánime de todos los estados miembros”, con lo que queda descartado que España pueda aplicar por su cuenta un arancel a la energía ‘sucia’ de Marruecos, Arias Cañete adelanta que la Comisión “ha señalado la posibilidad de utilizar (…) el procedimiento legislativo ordinario” para revisar la presión fiscal de ese tráfico, una novedad tan relevante como poco inmediata sobre las condiciones en las que los países comunitarios podrán importar electricidad de terceros países.
"Aquí no se ha cerrado ninguna térmica"
“Es el Gobierno español el que pregunta a la UE qué puede hacer y el que muestra su preocupación”, destaca Tatiana Nuño, responsable de Energía y Cambio Climático de Greenpeace, quien, al mismo tiempo que achaca la operación a los bajos precios con los que produce Marruecos gracias a que la no aplicación de los bonos de CO2 “le permite producir energía ‘sucia’ más barata”, recuerda un detalle: “esto ocurre cuando aquí no se ha cerrado ninguna central térmica”. Hay 16 y está previsto el cierre de siete.
"Es el Gobierno español el que pregunta a la UE qué puede hacer y el que muestra su preocupación", destaca Tatiana Nuño
En este sentido, mientras califica de “poco ambiciosos” los planes de transición energética del Gobierno español pese a haber supuesto un obvio avance, alude a las conclusiones del panel de expertos sobre cambio climático de la ONU: limitar el calentamiento global a 1,5º requiere reducir de aquí al 2030 un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero y dos tercios la quema de carbón.
“España tiene un enorme potencial para explotar las energía renovables. Hay que empezar a instalarlas ya y cerrar las centrales que producen con combustibles fósiles”, señala. “Podríamos tener una sistema eléctrico 100% renovable en 2030”, añade.
Por último, alude a las dificultades para certificar el origen de la energía que produce y exporta el sistema marroquí, cuya red de generación tiene un 34% de fuentes renovables y espera alcanzar el 52% en 2030 con un 20% de solar, otro tanto de eólica y un 12% de hidráulica, según el Icex (Instituto de Comercio Exterior).
Fuente: Público